Se detiene implementación de la Tasa Tobin

La aplicación de una tasa impositiva que grave las transacciones financieras para frenar la volatilidad de los flujos de capitales es motivo de oposición por el Reino Unido.

La tasa Tobin o Impuesto a las transacciones financieras (ITF) es una tasa impuesto que se aplicaría a las transacciones financieras. Fue formulada por el economista estadounidense James Tobin de la Universidad de Princeton en el año 1971. Este modalidad de impuesto obtuvó atención pública cuando fue propuesta su aplicación en los años noventa por el movimiento antiglobalización y luego en los años 2000 con motivo de la crisis económica de 2008-2012.

El movimiento anti globalización ha ido más allá de la idea original de Tobin, que en su origen tenía por objetivo frenar la volatilidad de los mercados financieros, y ha propuesto que su recaudación se destine a fines sociales.

Sin embargo la Unión Europea se mueve con lentitud oobre la aplicación de la Tasa Tobin y sus miembros no se ponen de acuerdo sobre qué dirección seguir. Los ministros de Economía y Finanzas de España, Alemania, Grecia, Bélgica, Francia, Portugal, Italia, Austria, Estonia, Eslovenia y Eslovaquia defienden hoy en el Consejo la puesta en marcha de una cooperación reforzada que permita activar la Tasa Tobin en sus territorios.

El impuesto gravaría un 0,1% cualquier transacción financiera y un 0,01% las operaciones con derivados. El objetivo es reducir el número de operaciones financieras de alto riesgo y contar con una fuente de recaudación adicional.

Pero las perspectivas de avanzar en el terreno no son optimistas a corto plazo. La Comisión Europea, que presenta la propuesta a petición de los 11 Estados interesados, asume que el martes no se llegará a ningún acuerdo, ya que algunos países como Reino Unido se oponen a que otros miembros de la Unión avancen en solitario. La UE se ve obligada a frenar temporalmente la iniciativa.

Según el comisario europeo de Fiscalidad, Algirdas Semeta, la medida no entra en conflicto con las normas del mercado interno. Aunque se necesita una mayoría cualificada en el Consejo para dar el visto bueno a la iniciativa de los once, lo cierto es que de la reunión de hoy solo se espera acercar posturas. Reino Unido estudiará cómo puede afectar este movimiento a sus intereses, esto es, a los intereses de la City londinense, que alberga la sede de los principales grupos financieros del mundo.

Semeta urge a llegar a un acuerdo: "No debemos perder tiempo", aunque reconoce que las negociaciones que empiezan hoy se podrán alargar hasta el mes de diciembre, una muestra más de la lentitud y la discordancia en el seno de la UE. Alemania, firme defensora de la Tasa Tobin, está moviendo ficha para presionar al Reino Unido.

Las discrepancias entre el gobierno de David Cameron y sus homólogos europeos han aumentado con el agravamiento de una crisis económica que ha disparado el tradicional euroescepticismo de los británicos.

Esta actitud puede retrasar la puesta en marcha de otras medidas que también están sobre la mesa de negociaciones del ECOFIN, como la creación del Mecanismo de Supervisión Bancaria, por la que el Banco Central Europeo pasaría a ser el principal supervisor de las más de 6.000 entidades crediticias de la zona euro. Para dar forma al proyecto, el Consejo, formado por los 27 países de la UE, deberá aprobar por unanimidad la propuesta.