Desafíos económicos de Obama en su próxima administración

Obama no tiene una tarea fácil en su próxima administración. Abordamos los principales desafíos económicos que deberá abordar el presidente de los Estados Unidos.

En el corto plazo, Estados Unidos debe enfrentar una serie de temas ecónomicos de primera importancia. La tormenta en el noreste estadounidense podría afectar ligeramente el crecimiento en el cuarto trimestre, antes de que en el 2013 se produzca un impulso relacionado con la reconstrucción.

A diferencia de Europa que ha enfrentado la crisis recurriendo a políticas keynesianas, EEUU a echado a la política monetaria con tasas de interés muy bajas, cercanas a 0%, lo que ha llevado a como lo indica la literatura a una persistente trampa de liquidez, en la que los prestamistas son reacios a prestar, quienes piden préstamos son reacios a hacerlo y todo el mundo es reticente a gastar el efectivo que tiene en stock, lo que lleva a una disminución de la demanda por objetos de precio elevado, cuya adquisición se puede posponer.

La crisis de deuda del euro y la desaceleración económica global, la fuerte competencia China ha afectado las exportaciones de Estados Unidos que se manteniendo un persistente déficit en Balanza Comercial, y por supuesto el "precipicio fiscal", que probablemente será moderado lo suficiente para ralentizar pero no revertir el crecimiento.

El futuro presidente tendrá que luchar para superar los desafíos que una economía persistentemente débil y la grave situación fiscal suponen.

Esto será así si, dado el control de la Cámara de Representantes por los Republicanos y el Senado por los Demócratas.

Reducir la tasa de desempleo, que permanece cercana al 8%, debería ser la prioridad número uno, pero esto no es fácil debido a la oposición de los republicanos a aplicar políticas keynesianas, la más efectiva para abordar este objetivo. Esto en el contexto del grave déficit fiscal estadoudinense y una vez más la opsición de los republicanos a aumentar los impuestos.

Hay una incómoda y gran incertidumbre sobre si el divisorio sistema político estadounidense puede producir un modelo híbrido de estabilidad; es decir, el modelo fiscal apropiado para asegurar el crecimiento a corto plazo, y el modelo económico apropiado para asegurar la salud de las finanzas públicas a largo plazo.


Esto es un modelo que requerirá de un nuevo contrato social. Con la mayor desigualdad de ingresos en dos siglos y el índice de desempleo de largo plazo más elevado desde la Gran Depresión, la clase media está exprimida y el poder regenerador de la economía a largo plazo se debilita conforme el capital emprendedor, los conocimientos y los ingresos se estancan. En este contexto se hace insostenible desde el punto de vista ecónomico mantener el esfuerzo bélico actual en Medio Oriente y ni soñar con nuevas aventuras.

Obama debiera aprender de su primer mandato y hacer un esfuerzo mayor para alcanzar un acuerdo bipartidario en el Congreso sobre cómo encarrilar las finanzas federales en un camino más sostenible.