John Locke

(1632 - 1704)

Lo primero a considerar es si el precio del alquiler del Dinero puede ser regulado por ley. Y creo que a esto uno puede responder, hablando en términos generales, que es evidente que no. Así como es imposible dictar una ley que impida a un hombre transferir su Dinero o Propiedad a quien quiera, también será imposible, mediante un artificio legal, impedir a los hombres, conocedores del poder que ostentan sobre sus propios Bienes y de la manera que éstos pueden ser transmitidos a otras personas, adquieran Dinero prestado al tipo que sus necesidades les obliguen a aceptar. Porque debe recordarse que ninguna persona pide Dinero o paga Interés por el mero placer de hacerlo.

Consideraciones sobre las consecuencias de la disminución del interés y la subida del Dinero, 1692

Pensamiento económico de John Locke

Biografia de John Locke

Este destacado intelectual del siglo XVII fue un hombre muy completo. Estudió en la Universidad de Oxford, donde se doctoró en 1658. Si Bien su especialidad era la medicina, fue también filósofo, profesor de griego antiguo y economista. Además, ocupó cargos en la Cámara de Comercio y en el Ministerio de Hacienda de su país. De hecho, fue uno de los comisionados encargados del Comercio de Inglaterra con las colonias, un puesto de bastante rango que le dio, a través de diversas inversiones, una acomodada situación económica.

El acercamiento de Locke a los temas económicos fue un tanto curiosa: mientras era médico, un personaje llamado Anthony Ashley Cooper (que más tarde sería conde de Shaftesbury) concurrió a Oxford para tratarse una delicada enfermedad. Locke dirigió una complicada operación, que salvó la vida a Cooper. La amistad que entonces se generó entre ambos fue trascendental para la vida del autor, no sólo porque le permitió obtener varios cargos durante su vida, sino fundamentalmente porque cuando Ashley Cooper fue nombrado ministro de Hacienda, Locke realizó -en su nombre-un ensayo exponiendo sus criterios económicos sobre la Moneda y el interés. Este escrito, junto al resto de libros publicados por el intelectual, influiría profundamente en el futuro análisis de Adam Smith y del Liberalismo económico, especialmente por su irrestricto apoyo a la Propiedad privada.

Todas las publicaciones de Locke fueron tardías; de hecho, ninguno de sus escritos fue impreso antes de 1689, es decir, cuando él alcanzaba ya la edad de 57 años.

Al momento de morir, Locke era un hombre famoso y acaudalado, que no sólo gozaba de una alta reputación intelectual, literaria y política, sino también de una gran autoridad en materia económica.