El mercantilismo

El término Mercantilismo fue acuñado por Victor de Riqueti, marqués de Mirabeau en 1763, y popularizado por Adam Smith en 1776. En el hecho, Adán Smith fue la primera persona en organizar formalmente la mayoría de las contribuciones del Mercantilismo en su libro La riqueza de las Naciones.

El Mercantilismo es una doctrina o Política Económica que surge en un periodo intervencionista en la época de nacimiento del Capitalismo, previo a la Revolución Industrial y que se enfoca principalmente en el Comercio Exterior como fuente de Desarrollo Económico.

El Mercantilismo fue una forma de concebir la economía en la Europa de los siglos XVI y XVII, en una época en que se estaban produciendo cambios políticos muy importantes en el continente. Por una parte, los estados nacionales se habían fortalecido, y por otra, el poder de la Iglesia Católica se había debilitado. En ese contexto surgieron una serie de autores, sin ninguna coordinación entre ellos, que expresaron sus puntos de vista sobre la marcha de la economía de los nuevos países. Más tarde, ellos serían denominados "mercantilistas" y se harían conocidos como grupo a raíz de las fuertes críticas que les hizo Adam Smith.

Los mercantilistas, en general, no eran universitarios ni cultos (como lo habían sido quienes se dedicaron a pensar los problemas económicos en la Edad Media), sino simplemente "hombres de la calle" -banqueros, funcionarios y comerciantes-, que, junto al ejercicio de sus actividades, analizaron los "temas reales" que afectaban al país. Su preocupación principal era la de "enriquecer a la nación", principalmente como una forma de incrementar su poder político frente al resto de los países.

La mayor parte de la literatura del Mercantilismo carece de Valor, ya que abundaron los panfletos con poco rigor científico que, en pos del Bien general del país, no buscaban otra cosa que la defensa de un Interés particular (un ejemplo típico eran aquellos autores del Mercantilismo que pregonaban la conveniencia para el país de entregar un Monopolio de Comercio, cuando en realidad eran ellos quienes se querían beneficiar de él).

Pero, a pesar de que la mayoría de los escritos carecen de Valor, no cabe duda de que -debido al rigor de su análisis y sus sugerentes aportes- Thomas Mun fue una excepción.

El descubrimiento de nuevos territorios implicó una gran expansión del Comercio Exterior. Las minas de oro y plata de América, trabajadas por indígenas y negros, fueron una causa preponderante del progreso económico de Europa. Surgieron nuevas ciudades, aparecieron nuevos mercados y se fomentaron el Comercio y la navegación. Esto generó el progreso financiero de la burguesía, junto a una fuerte ambición de poder y Riqueza de esta misma clase.

Autores mercantilistas